
La Sociedad Financiera Popular CAME (Consejo de Asistencia al Microemprendedor), una de las instituciones más veteranas del sistema financiero popular en México, atraviesa un momento crítico. Restricciones operativas, falta de transparencia en la entrega de reportes y advertencias de las autoridades financieras colocan a esta SOFIPO en la antesala de una clasificación regulatoria que podría limitar gravemente su funcionamiento. La preocupación crece entre usuarios, reguladores y calificadoras.
Restricción de operaciones y falta de información clave
En las últimas semanas, CAME ha dejado de ofrecer algunos productos financieros y ha restringido operaciones en varias de sus casi 50 sucursales. Además, la SOFIPO no ha presentado la información correspondiente a los meses de enero y febrero de 2025 ante su federación supervisora, Atlántico-Pacífico, lo que impide conocer su nivel actual de capitalización. Esto podría derivar en su reclasificación a categoría 4, el nivel más bajo en el sistema de supervisión auxiliar, con serias implicaciones para sus operaciones.
La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) ya emitió un oficio (125/10717/2025) instruyendo la implementación de medidas correctivas. Si CAME no entrega los datos correspondientes a marzo, será oficialmente ubicada en categoría 4, con lo que podría activarse la intervención del regulador y aplicarse medidas para proteger a los ahorradores.
Retiro de calificaciones y alerta de las agencias
Las calificadoras HR Ratings y Verum retiraron recientemente sus evaluaciones a CAME tras colocarla en observación negativa. Verum, advirtió que la liquidez de la SOFIPO seguirá limitada pese a una reciente inyección de capital de 340 millones de pesos, con un compromiso adicional de 250 millones. Sin embargo, estos recursos no han sido suficientes para resolver los problemas estructurales de la entidad.
Una historia de impacto en el microcrédito en riesgo
CAME ha sido un actor clave en las microfinanzas en México, atendiendo a más de 1.3 millones de clientes con un portafolio de activos de más de 5,380 millones de pesos. Su modelo de financiamiento grupal ha sido fundamental para apoyar a comunidades marginadas, y su fusión con Te Creemos en 2022 la consolidó como una de las principales SOFIPOs del país. Sin embargo, el aumento de la competencia en el sector, especialmente con la llegada de fintechs como NU, ha presionado su desempeño financiero.

Estados financieros y pérdidas operativas
El estado de resultados más reciente de CAME (al 31 de diciembre de 2024 y cifras en miles de pesos) muestra una pérdida de 427418, pese a ingresos por intereses de más de 1476 456. El problema radica en los altos gastos operativos y de promoción, que ascienden a más de 1045815, impulsados en parte por agresivas campañas de captación de clientes. A esto se suman las estimaciones preventivas por riesgos crediticios, que aunque necesarias, afectan su rentabilidad.
Posible intervención y vigilancia regulatoria
Aunque el modelo de negocio de CAME sigue siendo rentable en su base, el exceso de gastos y la falta de información han encendido las alarmas de las autoridades financieras. Si no entrega los datos correspondientes a marzo de 2025, se consolidará su posición en categoría 4 y la CNBV podría intervenir formalmente para proteger a los usuarios. El futuro de esta SOFIPO dependerá de las decisiones que tome en las próximas semanas.